Desde hace un año y medio vivimos peligrosamente.
Un vértigo de desastres desalmados, uno tras otro, a partir de una gestión no solamente revanchista respecto a un modelo político de gobierno que demostró capacidad para poner de pie a un país destrozado por las recetas neoliberales y la violencia estatal todavía impune del diciembre de 2001 o de la de junio de 2002 y el desgaste de las instituciones democráticas, sino que nos aplasta, nos expropia de lo nuestro y nos angustia para anular la resistencia.
Hay una perversidad novedosa, armada de sets de TV, cantinelas recargadas acerca de la corrupción sin pruebas y despliegues judiciales vergonzosos contra quienes se opongan, sea un dirigente o una jueza que admite un amparo contra un tarifazo.
Negando la realidad palpable de hambre, destrucción de las fuentes de trabajo y del círculo virtuoso de producción y consumo interno, excelencia en investigación científica y en educación pública del kirchnerismo, el marketing insolvente y las maniobras distractorias de la provocación diaria violentan la razón y la sensibilidad. Cuesta reponerse a ese cinismo que pretende reponer los dos demonios y la reconciliación con genocidas para volver a licuar su rol activo, mucho más que cómplice, en la dictadura. Es el mismo desastre están ejecutando, en nombre de la misma apelación al individualismo. La misma construcción del otro "enemigo" que amenaza el orden para el cual solamente los palos, la persecución judicial la proscripción resultan remedios efectivos, el mecanismo justificatorio.
La "burrada" de lso candidatos de Cambiemos, del ex Misnitro de Educación, o del Presidente, o del Jefe de Gobierno Porteño ofenden a un pueblo cuyo nivel de educación lo ha distinguido siempre en relación a otros países de América o en el mundo aquél en el cual profesionales formadxs en el sistema púbolico y grautito hallaron puestos de trabajo para que volcaran su saber y expertise en otras tierras cada vez que dinosaurios se hicieron con el gobierno, por las botas o por los votos que traicionaron. En este país donde se opina y se discute mucho, ejercicio saludable democrático, dicen los liberales del primer mundo con quienes siempre nos comparan, el problema debe ser que dada la amplitud del alcance de esta educación, cualquiera puede discutir y opinar, y militar, por poner un caso, diversas escuelas económicas. Vale un Axel Kiciloff, ex Minsitro de Economía, como ejemplo. Un cuadro político y técnico formado en la universidad pública y con una visión de la economía diferente a la que ha hegemonizado la academia y la economía implementada desde las gestiones gubernamentales, llevó adelante la negociación con los fondos buitre y la cuestión de las deudas soberanas de los gobiernos, y hoy por hoy sigue llenando plazas explicando porqué el rumbo económico de la gestión actual nos lleva inexorablemnte al desastre.
El asunto, como en tiempos de los dinosaurios a los que se refería Charly García, es clausurar el pensamiento. El pensamiento crítico es acción, la pregunta incómoda - que es cierto, en nuestra historia política muchas veces colocó a mucha intelectualidad lejos del pueblo, como mostró un Jauretche- puede ser un arma crucial en tiempos de banalización y terrorífica violencia simbólica, la que por ejemplo iguala la situación de "quienes no tienen problema" con la perspectiva de los millones que están sufriendo el despojo de lo que les corresponde.
Ahí está la subversiva potencialidad del pensamiento, del poder hablar y decir "no" frente a lo intolerable como acto de libertad, dijera Camus, pero no como acto individual y solitario, sino como esa reacción ante un problema, un drama que nos desafía y nos exige escuchar al otro/a en uno/a mismo/a. Miles de personas, dignas todas como cada una/o que no pueden comer ahora, salir a la calle ahora, presas injustamente, miles que no pueden tener luz y son electrodependientes y no le importan a quienes nos gobiernan y nos mienten sistemáticamente.
La exhibición de ignorancia de esta dirigencia que tiene todos los medios y todos los jueces y todos los elementos represivos estatales de su lado - las excepciones son perseguidas, difamadas, apretadas y calumniadas- no es casual, entraña esa confianza y subestimación por todxs nosotrxs. Imaginan que el poder puede circunscribirse al manejo de un aparato de propaganda global contra toda afirmación de soberanía y dignidad popular desde nuestros países tradicionalmente excluidos de los bienes y los goces para su gente. Pero hay experiencias de otra historia posible. Pudimos tener otros presentes que no se borran así nomas, y que se apoyaban en las decisiones políticas desde una articulación colectiva de países y de proyectos. Nuestramérica, con sus diferencias valiosas y sus sueños comunes. El ataque al legado de esos intentos de Chavez,de Lula, de Correa, de Néstor y Cristina lleva las mismas marcas.
Luche luche y vuelve, ayer, luche luche y vuelve hoy... y nos referimos no a una persona sino a nosotrxs mismxs, como sujetos de nuestra historia y nuestro destino complejo y nunca del todo acabado.
Luchamos por Milagro, por las pensiones, por el trabajo, para vivir sin censura y sin policías en las escuelas, y volvió la Rectora que denunció ese apriete de dinosaurios y no se resignó al silencio. Luchamos por la memoria, la verdad y la justicia mientras daban el 2x1 los de la Corte Suprema y los representantes del terror se extasiaban - de fiesta desde que asumió Macri- y una plaza colamda contestó sin fisuras. Marcharon sobrevivientes con hijas de represores que repudian el terrorismo de Estado, voces nuevas cuya aparición só puede acallar a una Pando y secuaces. Y reformular a la vez el significado de los lazos filiales desde nuevas bases.
Seguimos viviendo peligrosamente.
Mantenerse atentxs, mantenerse unidxs quienes podemos torcer un rumbo demasiado transitado por nosotrxs como para no ver venir el desaastre, es un desafío diario.
Reunir las fuerzas y los afectos, además... que el amor y la solidaridad también han sido y serán quizás, siempre, subversivos.
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