Pero a la vez yo sé, como vos lo supiste, que decir NI UNA MENOS era más que una consigna.
Que nos van a seguir matando y relegando y violando y humillando mientras jueves y cronistas, mientras maestras y vecinas y señores serios, analistas, candidatos y dirigentes y policías y camarógrafos y peritos y médicas y maestras y enfermeras y chicxs sigan sin ver que las relaciones de género, injustas, son sacrificiales. Y que no extraña la saña entonces por la cual, nos desechan como cosas, y ante la conmoción, con total hipocresía, después se rasgan las vestiduras...pero todo sigue igual.
Cada chiste misógino, cada canción - metafórica pero hasta ahí y siempre en un mismo sentido no?- contribuye a la violencia, y cada cachetazo de una palabra hiriente, una pregunta que no le hacen a nadie a menos que sea mujer, es lo que nos hace descartables y menos que humanas, nos reducen a cosas.
Somos tantas quienes podemos contar cómo en algún momento de la vida hemos sentido la injusticia de la discriminación, ese ser nada más que un pedazo de carne, o un vientre, nunca un ser humano pleno. completo, a los ojos y el poder del otro!
El problema no es solamente el juez que dejó libre a quien sería tu asesino. Eso es limitar el marco que habilita tu sufrimiento, Micaela, como el de tantas, tantas, ignotas porque hace demasiado poco comenzó a contarse, comenzó a doler, ay Micaela única pero ante ese odio y desprecio patriarcal que te reduce a ser eso desechable, enlazada con miles, miles, tantas, tantísimas otras!
¿Qué hacer, qué hacer con la bronca y el dolor?
Insistir, como homenaje y siembra, que todxs somos parte de ese monstruo que habilita el odio y el desprecio que matan. Que las organizaciones políticas tomen en serio el feminismo si el feminismo es lo que desnaturaliza esa cosa pegajosa, la costumbre de hacernos desechables, ser para otros, y lo vocifera como injusto. Que no quede para después una educación sexual integral donde esas feminidades para el sacrificio y esas masculinidades para agredir son cuestionadas para dejadas atrás. Que no haya más funcionarios judiciales, sean hombres o mujeres, sin esta perspectiva de género, para disculpar el maltrato, el abuso y la violencia hacia quienes no son iguales, aunque lo sean por derecho. Seres humanos. Mujeres, niñxs, pobres, lesbianas como Higui, desamparardas como Belén.
No es extraña tu partida así como fue pero sigue siendo intolerable, porque es injusta.
Micaela, que con tus pocos años diste ejemplo de involucrarte para parar esas manos asesinas que pudieron con tu vida. Pero no podrán, Micaela, con tu siembra.
Hombres, mujeres, niñxs, trans, educadxs y no, militantes y no, lo que sea, todas las personas todxs somos responsables, cada unx en su medida, de que eso no suceda más.
Hsata la victoria siempre, Micaela, es decir, por vos y por tantas otras, la peleamos,mientras gritamos PRESENTES Y gracias a tu fuerza y en tu memoria, decirnos, vamos a seguir luchando.
Como vos lo hiciste.
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