A cuatro años de su partida física, conviene recordar estas palabras del Comandante Hugo Chávez para quien no habría revolución sin feminismo como tampoco sin reponer en la historia y en la memoria de las luchas a las millones de anónimas que vienen marcando camino para una sociedad de iguales, una sociedad justa, sin opresión de género.
Hoy que en nuestra Argentina estamos viviendo la persecución a las mujeres luchadoras con una saña que recuerda tiempos que como dice Hebe de Bonafini, Madre de Plaza de Mayo, no podemos dejar que vuelvan, no podemos ignorar el clamor justo y la voz cada vez más potente de las mujeres trabajadoras, de las que estudian, cuidan, organizan, resisten, crean lazos y redes de contención, que hoy además son más vulnerables ante la pérdida de derechos.
En la América Latina desobediente que pudo unirse para resistir el neoliberalismo, el avance de nuevas formas de terrorismo mediático demoniza una vez más a las mujeres políticas y amedrenta a todas en el cuerpo de líderes encarceladas o perseguidas a quienes se pretende quebrar y silenciar.
A horas de intensas jornadas de lucha organizada, las mujeres que paramos el 8M pero que cada día damos lo mejor de nosotros por la solidaridad y la justicia entre todas las personas desde nuestra conciencia y sentir feminista, podemos recordar e invocar el feminismo de un gran revolucionario cuya energía nos impulsa a cada paso, el cada vez más vivo Hugo Chávez Frías.
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