Perspectiva Feminista

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domingo, 30 de octubre de 2016

"Al recuperar y reescribir esa historia estamos recuperando la historia de nuestro pueblo" Entrevista a Rogelio Goiburú Segunda parte



Calando la Piedra entrevistó en octubre pasado en la ciudad de Asunción, Paraguay a Rogelio Goiburú, titular del Equipo Nacional para la Investigación, Búsqueda e Identificación de Personas Detenidas y Desaparecidas entre 1954 y 1989 por la dictadura paraguaya (ENABI).La primera parte, publicada el pasado 30 de octubre, relata el proceso de aprendizaje con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que hizo posible la tarea del presente, de búsqueda de desaparecidxs y la identificación de cuerpos encontrados, víctimas del Plan Cóndor, coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur. La identificación  no solamente echa luz sobre la sangrienta represión del terrorismo de Estado en Paraguay y en países hermanos que sufrieron el ataque planificado y coordinado para asesinar, secuestrar, torturar y desaparecer a opositorxs y militantes, sino que restituye la historia previa de resistencia y de lucha. 
Ante el miedo o la indiferencia, se reponen la solidaridad, la integridad, los sueños y la generosidad de lxs desaparecidxs; la búsqueda es una laboriosa reconstrucción de memoria y de una historia que trasciende lo personal. Por eso no se trata de la búsqueda de uno o una es decir, del desaparecidx propix, sino de la de todxs, dice Goiburú: insiste en recuperar "la historia de nuestro pueblo". Su padre, el Dr. Agustín Goiburú, exiliado en los 70 en Argentina, secuestrado en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, era un médico perteneciente al MOPOCO (Movimiento Popular Colorado) que se negó a firmar certificados falsos encubridores de la violencia de la dictadura stronista y denunció sus crímenes. Como otros hombres y mujeres, fue tenazmente perseguido, secuestrado en Argentina, trasladado a Paraguay y visto por última vez según testimonios, en marzo de 1977 en el Departamento de Investigaciones de la Policía de Asunción. La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Paraguay por su desaparición en 2006, conminando al estado paraguayo a investigar, buscar e identificar a lxs desaparecidxs. 
La tarea que hoy persigue la reconstrucción de la historia de quienes arriesgaron la vida por la democracia y por la justicia, se permite pero no se financia desde el estado. Aún así, con cada identificación la fiscalía debe investigar qué sucedió con la persona encontrada e identificada. Documentadas 440 desapariciones, se sabe que el número es mucho mayor, porque el terror, la desconfianza en la justicia, la falta de apoyo oficial, entre otros motivos desalienta a quienes pueden aportar datos sobre otras desapariciones y crímenes cometidos durante 35 años de dictadura. Un período de terror que al llegar a su fin, no fue objeto de juzgamiento o establecimiento de la verdad histórica. Parido de la colaboración y los vínculos solidarios con el EAAF de Argentina, el trabajo del ENABI es crucial para la demorada y dificultosa construcción de la memoria de la sociedad en Paraguay. La verdad enterrada y acallada, surge pese a las dificultades narradas por Goiburú. Hace poco más de dos meses, el día de conmemoración internacional del Detenido Desaparecido, se anunció la identificaciónde tres personas que habían sido secuestradas, trasladadas a Paraguay y asesinadas por la dictadura. Por eso se insiste tanto en la obtención de más testimonios y pistas, buscando que familiares de personas desaparecidas aporten datos genéticos al banco que permite establecer la identidad de los restos encontrados con precisión científica, del mismo modo como se logró identificar a lxs nietxs de las Abuelas de Plaza de Mayo en Argentina. Hay en este camino, legados para la sociedad más allá de la búsqueda del ser amado propio, como un homenaje más a las luchas que se reconstruyen con cada parte que se desentierra del olvido que nunca podrá cubrirlo todo, ni ganar definitivamente, mientras haya quienes sigan buscando.
Si décadas de impunidad explican en parte las dificultades para denunciar crímenes del terrorismo de Estado, el carácter patriarcal del mismo se aborda en esta segunda parte de la entrevista, en relación a los crímenes de índole sexual perpetrados por Stroessner y allegados, más firmemente protegidos por el silencio, y que llevan a la pensar persistentes efectos sociales.

Calando la Piedra: - El proceso de investigación judicial que se inicia al identificar restos sigue siendo un proceso para establecer la verdad de lo que pasó, pero ¿es de acción penal?  

-Debe ser de acción penal, lo que pasa es que al investigar la Fiscalía encontrará que los responsables están prácticamente todos muertos. Prácticamente todos. Entonces se tienen que hacer Juicios por la Verdad. Esos juicios son importantes porque como sabés, la desaparición forzada, políticamente hablando, ha sido una metodología de la represión del terrorismo de Estado para acallar la posibilidad de resistencia que implica levantarse contra el régimen, para evitar que la gente se siga organizando, para minar la voluntad y la energía de los partidos opositores, para acallar a las familias, a los entornos de los barrio opositores contra el régimen, a todos. Y a esa historia hay que reconstruirla. Sabemos nosotros quienes somos víctimas, que estos compatriotas, han podido superar el miedo que significaba vivir bajo un régimen de terror de esas épocas, bajo permanente estado de sitio, donde después de las nueve de la noche más de tres personas no podían estar reunidas...

Calando la Piedra: No podía hacerse lo que estamos haciendo ahora...   

-Exactamente. Y que sabiendo lo que les iba a pasar, que iban a ser torturados salvajemente, que las mujeres iban a ser violadas, que los varones podían ser mutilados, todos desaparecidos, lo mismo… Al recuperar y reescribir esa historia estamos recuperando la historia de nuestro pueblo, la de nuestros héroes civiles, que fueron capaces de inmolarse por una idea de país, de vida en libertad, en democracia, y soberanía. Ése es también nuestro trabajo, no solamente el de buscar esos huesos, sino de recuperar la historia. Como decía Patricia Bernardi - integrante y cofundadora del EAAF - en una entrevista en Buenos Aires, “los huesos hablan”, nosotros además queremos que los huesos hablen, nosotros queremos que la sociedad paraguaya pueda conocer esa historia, conocer y recuperar la historia. Reescribir, construir y deconstruir mitos y reconstruir la historia, porque esa historia se contradice, la historia de las víctimas, sabemos, que es parcial, contradice la historia de los perpetradores y victimarios. Este proceso es necesario para que los paraguayos sepamos lo que realmente pasó.
Calando la Piedra: Ud. hablaba de buscar a todxs, de pasar de buscar el familiar a buscar a todxs, de recuperar lo colectivo, de pasar de la desconfianza, el miedo, del “no te metas” y el “no hables”, a otra actitud. ¿Hay efectos a largo plazo, efectos profundos de esos mecanismos? y por otro lado ¿qué opina de la reaparición de discursos negadores del terrorismo de Estado como está sucediendo en Argentina con las discusiones alrededor de las cifras de los desaparecidos, nuevo intento de focalizar fragmentadamente estos hechos como si no hubieran tenido que ver con un modelo de país y con una responsabilidad de la sociedad que cuesta elaborar?

-  Nosotros sabemos que en nuestro país, nuestro dictador Stroessner, si lo pusiéramos en una galería de enfermos mentales, probablemente sería el más enfermo de todos. Porque además de ser un torturador, asesino, desaparecedor, traidor a la Patria, era además, un violador de criaturas. Un perverso sexual. Nosotros no tenemos noticias de que Pinochet haya sido así, ni Videla ni Massera, ni Agosti, pero Stroessner sí. Le traían niñas. Más allá de las enfermedades mentales que pudiera tener el personaje, esta metodología represiva implementada contra el pueblo paraguayo que se organizaba para luchar por su libertad y democracia, fue pensada, planificada, ejecutada, por personas que instalaron este modelo que hoy estamos padeciendo, cuya herencia más visible y significativa es la impunidad. Porque los paraguayos somos campeones en impunidad y en corrupción. El país, no el pueblo, está figurando siempre, con medalla de plata, de oro, de bronce, en las estadísticas mundiales de corrupción. Entonces eso tiene una historia, un origen, una explicación. 

Calando la Piedra: ¿Recomponer la historia no sería contrarrestar este récord?

- Claro...Algo que hemos logrado a partir de este trabajo es tener por primera vez el perfil genético de la población paraguaya. Tenemos un perfil genético propio, el perfil para la identificación plena de los cuerpos que hemos donado al Estado. El perfil de EEUU utilizado al principio, no tenía nada que ver con nosotrxs, que nos parecemos a los europeos pero que tenemos sangre indígena.Comparamos la sangre del familiar con el ADN del esqueleto y como testigo, el de la población. Se necesita ese perfil para realizar una identificación plena. Un positivo en la sangre del familiar con el material genético de los restos nos puede dar un máximo de compatibilidad de 90% y si este match además, se coteja con el perfil de la población, si hay además sangre guaraní, la compatibilidad se incrementa al casi el 100%: 99,99%...Vamos incrementando el banco de sangre de familiares día a dia, y de a poco también. 
 
El perfil genético de la población paraguaya es esa contribución indirecta del trabajo del ENABI de estos años a la sociedad toda.  

Calando la Piedra:
¿Hay resistencias a la extracción de sangre para el banco de datos genéticos? 

-Si, efectivamente las hay, y ese era el otro aspecto de lo que estábamos hablando: la impunidad, la corrupción y el miedo, es lo que dejó la dictadura. Y hay que recordar que no fue una dictadura como la de ustedes, lxs argentinxs, que duró 7 años, sino que duró 35 años, y eso caló muy hondo. Por eso, además, creo que en Paraguay no sabremos nunca todo lo ocurrido. Hay familiares que no han denunciado y no denunciarían nunca, porque, en primer lugar, tienen miedo; en segundo lugar – y desde luego- no creen en la justicia; y por otro lado, porque son personas que tienen tantas necesidades económicas que no pueden pagarse un pasaje para venir a Asunción, para pagar un abogado que haga todos los trámites, y todo eso atenta contra nuestro deseo de poder establecer cuántos y quiénes fueron todos los desaparecidxs, nuestra voluntad de saber qué pasó. 

   
Calando la Piedra: Y en relación a los crímenes de índole sexual ¿es todavía más arduo investigar?

El documental "Lesa Humanidad" (Argentina 2011) la violencia sexual del terrorismo de Estado
 

- Con respecto a las niñas esclavas sexuales de Stroessner es más difícil. Porque las sustraían de sus familias. Las iban a buscar al interior, a los pueblos, ¡a niñas de 8, 9 o 10 años! Elegían la más linda, les decían a los padres que iban a estudiar en buenos colegios, que iban a estar con una buena familia, o con gente importante y entonces iban a tener futuro, y les daban unas monedas, o les pasaban durante unos meses una mensualidad – sólo un par de veces- y luego ya nada. Y esas familias o se olvidaron ya…

Calando la Piedra:  ¿Se olvidaron o se trata de un mecanismo de negación?  
- Sí, es un mecanismo defensivo de negación. Y muchas de esas criaturas murieron en orgías planificadas por el gringo (Stroessner). Y esos esqueletos son tan frágiles, porque a esa edad no tienen todo el calcio, que es más fácil que se desgranen en la tierra. También hay quienes sobrevivieron a todo eso. Y Stroessner inauguró la costumbre de casarlas a esas chicas con oficiales del Ejército, hablo de muchas que son mujeres que hoy tienen 70 años, y que, por cuestiones de género no hablan de eso. Jamás van a contar lo que les pasó.

Calando la Piedra:  Quién sabe…en Argentina pasaron muchos años para que varias mujeres sobrevivientes pudieran contar la violencia sexual o para que se pudieran escuchar ese tipo de crímenes entre el repertorio de atrocidades del terrorismo de Estado...
- Yo no sé con certeza pero sospecho de varias mujeres que fueron esposas de generales con cargos muy importantes de nuestro país, que tuvieron hijos que también fueron o son funcionarios muy importantes... Esas mujeres jamás van a hablar.
  
La Comisión por la Verdad y la Justicia  investigó la violación sistemática de niñas por parte de Stroessner gracias a testimonios de testigos y de una sobreviviente. Se sabe entonces que el Coronel Pedro Julián Miers y el Coronel Leopoldo Perrier se encargaban de secuestrar niñas de 10 a 14 años de edad que trasladaban a San Lorenzo - a sus casas ubicadas en el barrio Sajonia- para que Stroessner y allegados abusaran de ellas. Los abusos también se perpetraron en residencias de Popol Perrier en Itá Enramada y en la quinta del Coronel Feliciano Manito Duarte en Cabañas, Caacupé.
Julia Osorio, contó su historia al diario Última Hora . Sobreviviente de la esclavitud sexual que padeció como muchas otras niñas, tenía 12 años cuando fue secuestrada en su casa en febrero de 1968 por Miers. Fue abusada y mantenida como prisionera a disposición de sus abusadores en el mismo lugar que hoy es el Museo Virtual Meves (Memoria y Verdad sobre el Stronismo). Aseguró que los militares "cazaban niñas y las arrancaban de su hogar a cambio de puestos en instituciones públicas a sus parientes". Además, que "nadie podía decir nada".  La desprotección que vivieron era absoluta. Osorio llama a las cosas por su nombre: "Éramos violadas sin piedad. No querían a nadie que tenga más de 15 años, porque decían que ya tenían huesos duros”. Esta terrible experiencia la llevó a escribir el libro "Una rosa y mil soldados". Julia es la primera mujer en testimoniar ante la CVJ estos hechos aberrantes que padeció en primera persona, y es un modo de luchar contra la invisibilización e impunidad de la violencia sexual en el marco del terrorismo de Estado. Ella reclama, como otras sobrevivientes en Argentina lo hacen, que sean juzgados como delitos de lesa humanidad; así lo establece el Estatuto de Roma y la jurisprudencia de la Corte Penal Internacional.

Calando la Piedra: Hay algo inquietante en lo que dice respecto de la época de Stroessner y el presente, porque el mecanismo que usted describe de engaño, cooptación para reducción a la esclavitud empleado entonces guarda similitudes con lo que hoy emplean las redes de trata…
- Así es 
Calando la Piedra: Un trabajo de Alfredo Boecia Paz que analizaba las denuncias de crímenes de lesa humanidad del terrorismo de Estado, destacaba también lo que podían decir las mujeres, planteando que a ellas les cuesta muchísimo verbalizar el sufrimiento propio y que, entonces, éste queda en segundo lugar respecto del sufrimiento padecido por maridos, hijos, compañeros. Preexiste un patriarcado tradicional al que se agrega este mecanismo represivo de índole sexual, y que hace muy difícil que no se subordine a otras cosas, que son sentidas por ellas mismas como más importantes.
- Sí, es cierto, pero,  no obstante, de todas maneras tenemos la esperanza de que aquellas mujeres que no hayan alcanzado cierto status social alguna vez cuenten y se puedan abrir juicios en ese sentido. Por eso estoy buscando testigos para llevar a la fiscalía, para que puedan realizar su declaración allí.


Calando la Piedra :  ¿Hay equipos de contención para estas testigos?
- Los hay en la Fiscalia, no como en Argentina, pero hay profesionales que acompañan. Cuando hacemos extracciones de sangre también hay gente de la Fiscalía que nos asiste en ese momento.
  






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