Ayer, jueves 10 de marzo, tuvo lugar en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA un encuentro necesario con una notable convocatoria que colmó el aula del tercer piso de Puan 480. Enmarcada en el Seminario "Abordaje socio educativo de los problemas de género y sexualidades" que Graciela Morgade - actual Decana y referente en educación sexual integral- y equipo dicta hace 20 años en la carrera de Educación, la actividad habilitó una actualización del estado de situación de la educación sexual integral que establece la ley nacional, los obstáculos y éxitos del proceso de implementación efectiva y los desafíos presentes y futuros. Un panel conformado por Mirta Marina, del Programa Nacional de ESI del Ministerio de Educación, Ana María Suppa, legisladora protagonista del tratamiento de la ley en CABA, Vanesa Vazquez Laba, referente del Programa Contra las Violencias de Género de la Universidad de San Martín y la periodista Luciana Peker, coordinado por Morgade, abordó el proceso fascinante y trabajoso que, a diez años de la sanción de la Ley 26.150 reviste una importancia estratégica en relación a los derechos adquiridos, lo cual no siempre es valorado en su verdadera dimensión.
Las conversaciones,urgentes y el contexto, adverso, rezaba el texto claro y preciso de la invitación. La nueva gestión gubernamental avanza sobre muchas áreas claves, no solamente en lo que hace al ámbito educativo sino a la salud, a la administración de justicia, a los derechos humanos, al desarrollo social y otras. La continuidad del Programa Nacional de ESI parece hasta el momento estar asegurada en lo formal pero también porque sigue trabajando el mismo equipo que durante una década llevó adelante no solamente la elaboración de lineamientos curriculares con referentes especializadxs que la impulsaron durante décadas, capacitación docente a lo largo y ancho del país, talleres en todas las provincias,y proyectos, investigación y formación virtual de calidad y a distancia, siempre en medio de negociaciones permanentes. Es un buen signo. El contexto siempre fue difícil, recordó Suppa, para aprobar normativas que comprometieran al estado - nacional, provincial o el porteño- a ser un actor clave en la promoción de derechos vinculados a la sexualidad. Debatir con referentes confesionales más duros tal vez que lxs feligreses - la sociedad está siempre más dispuesta a tratar abiertamente el derecho a la educación sexual, al aborto, al matrimonio igualitario, a la salud sexual y reproductiva, a informarse para decidir responsablemente- y permear los muros de prejuicios y miedos de la corporación educativa, requiere siempre mucha política, acercar posiciones, redefinir los conceptos. La sexualidad por ejemplo : entendida como la entiende la ley, no se reduce a la genitalidad en absoluto, ni tampoco a un momento limitado en la vida de las personas al llegar a la pubertad. Se trata de una dimensión vital que nos constituye y que involucra la afectividad, las relaciones interpersonales, la maduración de cada unx. Y la escuela influye muchísimo, para bien o para mal, tanto como la familia, las amistades, y las otras instituciones en nuestra sexualidad. Somos seres sexuados y no asumirlo ni hablar de ello es una modo de discuplinar y de formar. Hablar de la sexualidad, educar en sexualidad con un enfoque integral, no es informar sobre métodos anticonceptivos o prevenir abusos nada más. Requiere repensarse, docentes, estudiantes, chicxs y adultos como sujetos de derecho, como ciudadanxs que podemos desaprender prácticas discriminatorias y sexistas que por goteo invisible nos van moldeando si no cuestionamos, por caso, desde la salita de jardín, la separación de los rinconcitos de las nenas y de los nenes, o el curriculum oculto de las asignaturas. Todo comienza con una reflexión acerca de nosotrxs mismxs para juntxs desandar temores, silencios, tabúes, que se renueva siempre al ir andando.
La universidad y el Ministerio de Educación han traabajado siempre en el desarrollo de contenidos y en la gigantesca capacitación docente con experiencias audaces por los recursos puestos a disposición de manera gratuita y accesible para todos los niveles, como pocas veces se dió en la Argentina. El aporte profesional académico articulado con una política educativa enorme y reconocida en sus logros, remite a un rol tranformador muy diferente al que le cabe en esquemas donde la universidad no devuelve el capital simbólico a la comunidad, se aísla o presta servicios puntuales como una empresa tercerizada. En este último caso, la universidad se debilita porque se traiciona, porque al ser pública, es un patrimonio de todxs.
Obtener el derecho y la obligación de educar en sexualidad desde un paradigma que contempla los derechos humanos, la perspectiva de género y sexualidades - aunque las normativas no mencionen ciertas palabras- es un piso de enormes posibilidades de profundización democrática. Lo remarcó Luciana Peker: para muchxs niñxs y adolescentes puede ser la única posibilidad salvadora si se crece en un contexto familiar de violencia o abusos. Por eso no cumplir con la ley y con esta ley en particular, representa el incumplimiento de un deber que cada docente, sea del sistema de gestión estatal o privada, tiene, por serlo. Todo docente es un agente estatal con una responsabilidad. Las excusas no disculpan este desvío de abandonar lo que le compete hacer - por más que se entiendan los temores y resistencias que hay que trabajar - , defección que debería preocupar tanto como si en un primer grado no se enseñara a leer ni a escribir. Las situaciones dramáticas que viven muchísimxs niñxs y jóvenes no pueden "estallarle" imprevistamente a un establecimiento como para que, como quien apaga un incendio, se corra a buscar un equipo de
orientación cuando el daño ha sido hecho. A nivel institucional y en el marco del Programa Nacional, se plantea la intervención ante casos de vulneración de derechos o situaciones graves como parte de un abordaje completo y contenidos transversales así como proyectos institucionales, encuentros con las familias, trabajo que convoca distintas disciplinas y profesorxs.Y si se dice que no se sabe cómo, que se sepa que hay, y desde hace muchos años, capacitación disponible para todas las jurisdicciones. El eje nacional es fundamental para sortear trampas cuando según las variaciones en los contextos provinciales o municipales que creen que pueden decidir si se "bajan" las herramientas o se las queman, o hacer denuncias, como ocurrió hace algunos años en una provincia. Cuando esto sucedió, y Marina lo recordó, hubo otras salidas, si alguna gestión provincial era dura de roer e incumplía la ley, los sindicatos docentes intervenían y capacitaban, y docentes y directivos fueron buscandole la vuelta realizando proyectos institucionales. Peristen las dificultades pero hoy se hacen concursos para cargos en ESI. Las experiencias echan a rodar otras, y son apropiadas por protagonistas y destinatarios. Se demanda esta educación porque se sabe que es un derecho legitimado por una ley de interés superior a las creencias particulares restrictivas.
La ley va a cumplir diez años y es el espaldarazo para muchas inquietudes genuinas de quienes entendieron hace mucho la necesidad de hablar de "eso", de los cuerpos que somos, porque "eso"y los cuerpos que somos, los vínculos que establecemos nos hablan bien fuerte, nos interpelan, y los silencios también. Marina relató, al mostrar algunas láminas que van de provincia en provincia cuando se hacen las capacitaciones y quedar las imágenes de los cuerpos colgadas en las aulas, que en algún lugar algunas manos procedieron a cubrirlas con ropa. En ese momento, se me ocurrió pensar que se puede ser muy infantil aunque se sea directivo, con perdón de lxs chicxs, por supuesto.
Cuando Vanesa V. Laba se refirió a la posibilidad de tranformar culturas
institucionales - esas que habilitan e invisibilizan las prácticas de
violencia simbólica o psíquica que después espantan cuando toman una
forma más manifiesta - desde la experiencia del programa contra la violencia de género que coordina en la UNSAM, que ha sido pionero en su tipo además, señalaba por un lado, la dificultad de evaluar aún el impacto de los 90 días de medidas adversas, aunque sí sabemos qué hipótesis desalentadoras pueden formularse. Pero además, vinculaba el rol dinámico de las universidades y de la formación con perspectiva de géneros, las pedagogías críticas, la transversalidad de la prevención de las violencias hacia adentro de las instituciones, con la desarticulación de prácticas injustas y actitudes corporativistas. Quienes persistimos en estas perspectivas en distintos ámbitos sabemos cómo cuesta pero cuánto se gana cuando se ponen en evidencia la impronta masculinista del conocimiento, el criterio de autoridad de la religión o cierta ciencia que legitima jerarquías, que mantiene problemáticos binarismos... y precisamente, esa es una de las
potencialidades que tiene la ESI desde el nivel inicial en adelante.
El movimiento feminista, diverso como es, por supuesto, movilizó muchísimos cuestionamientos a la cultura, a las discriminaciones y disparidades, a las políticas públicas por su ceguera de género, ha visibilizado la violencia y la vulneración de la autonomía de las mujeres. Como afirmó Vazquez Laba y lo sabemos las que transitamos la universidad y la investigación, apenas si hay en las carreras de grado perspectiva de género, se dan algunos seminarios o materias optativas y se restringe la teoría y la investigación a institutos que permanecen al margen de la formación hegemónica. Es un déficit importante que se relaciona sin lugar a dudas con la defensa corporativa de quienes monopolizan la producción sexista de conocimiento y los espacios de poder en las facultades.
A partir de la sensibilización social gracias a la militancia y a partir de las muertes de mujeres - ¿hay que llegar a tanto?- se constituyen redes contra las violencias y se articulan esfuerzos para implementar, lenta pero decididamente, protocolos de actuación dentro de las instituciones académicas. Si pensamos en la educación sexual integral como herramienta para el logro de la equidad, la promoción de los derechos de la niñez y la adolescencia, es notable que aún no se aprecie la fuerza de esta normativa y se apoye con más fuerza su cumplimiento. Pese a la maravillosa síntesis del lema de la Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito,que comienza con "Educación Sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir" muchxs feministxs no ven quizás toda la potencia de la ESI con marchas y contramarchas en estos diez años de camino incesante.
Las conversaciones urgentes habilitaron opiniones encontradas en algunas cuestiones, y eso, expresó Morgade al cierre, es también una ganancia de la ESI. Justamente, invitar al diálogo que no excluya puntos de vista pero que tampoco deje imponer una cosmovisión o ideología que debilite derechos, es una parte nodal del proceso transformador de la educación en sexualidad en las escuelas, que pone a las instituciones y a su dinámica en cuestión para cambiarse, que no desecha la contención necesaria junto a la firmeza de la actuación cuando la vida o la salud de un niñx o adolescente está en riesgo, que no tiene nunca una última palabra sino que se ejercita en cuestionar y cuestionarse con la participación de la comunidad educativa, el trabajo en red con otras instituciones, talleres con las familias, la evaluación de las experiencias para mejorarlas.
Quienes estuvimos ayer nos fuimos con ganas de seguir reflexionando. Quienes estamos involucrados en la ESI, quienes por ejemplo, participamos en el Programa de Nuestra Escuela - ambiciosa capacitación virtual y presencial gratuita para todxs lxs docentes a nivel nacional -, sabemos lo que hace, y seguimos inspiradxs más que nunca para seguir trabajando en la educación, que no se limita a las aulas. Un trabajo apasionado y militante en el sentido más revolucionario del término, porque se trata de dialogar, construyendo nuevo sentido.También en el periodismo ocurre, cuando colegas con perspectiva crítica desnaturalizan coberturas, lenguajes y modos de contar discriminatorios o violentos, sorprendiendo el hábito de colegas y lectorxs. Y entonces comienza un viaje que ya no tiene paradas, y nos preguntamos por las causas de los "hechos aislados"y las "emociones violentas", y los dramas van mostrando procesos previos. Involucrarse no es gratis, lo sabe alguien como Peker, es molesto, disruptivo, imprescindible y extraordinario, también.
Todxs somos miembros desde distintos lugares, de alguna comunidad educativa; reclamemos la ESI para nuestrxs chicxs. Los distritos resistentes no están solo en el norte del país, como suele pensarse, la CABA es un ejemplo de incumplimniento de la ley 26.150 que es nacional. Demandemos la ESI para nuestrxs hijxs, para nuestrxs colegas docentes, para nosotrxs investigadorxs o trabajadorxs de la educación, trabajemos con perspectiva de género y de derechos humanos. Traspasemos en la investigación los límites de áreas e institutos y discutamos contenidos discriminatorios.
Durante los últimos años ganamos un piso de experiencias - para muchxs
jóvenes, la gran parte de sus vidas- que no se borran con un cambio de
signo ideológico en la gestión de la educación por más dura que sea la
embestida. Hay una demanda y una costumbre, y pese a las dificultades,
docentes y ciudadanxs sabemos que la educación federal en sexualidad - la importancia
del dispositivo nacional que desarrolló Marina permite entender que de
no existir, se libra a los caprichos distritales la efectivización de la
normativa con la excusa de los "matices culturales"- desde un
punto de vista integral y apoyada en el paradigma de los derechos
humanos, no se borra, ni se negocia, ni se pierde.
Una de las modalidades ensayadas por los gerentes del contexto adverso es hacer creer que ciertos programas ya no existen ni funcionan. Pese a la arbitrariedad y la grosería de los despidos en el estado, no siempre la información es correcta, se advirtió en el panel, con lo cual, al no chequearse la versión, dejamos de reclamar el funcionamiento del dispositivo y el cumplimiento de las obligaciones de esas áreas. Hay que estar atentxs ante tal maniobra, astuta y perversa.
Se está poniendo a prueba la fortaleza de la defensa de estas ganancias colectivas de la sociedad argentina en el tembladeral de proceso actual de desguace del estado, en relación a la ESI y a otras realidades concretas y contundentes desde la gestión de lo público que hizo el kirchnerismo. Se supo supieron dar forma a luchas y reivindicaciones que lo precedieron.Un cambio de gobierno y de signo ideológico no arrasa de por sí con todo, si nosotrxs, todxs nosotrxs, custodiamos esa base porque somos nosotrxs lxs titulares de esos derechos como cimientos democráticos indudablemente adquiridos.
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