¿Porqué es una novedad política? Pensemos en lo que implica que desde todas las provincias, organizaciones y movimientos demandando el reconocimiento de nuestro carácter de sujetos plenos, junto a muchas "sueltas" que desean experimentar ese estar juntas, consigan mantener la costumbre de reunirse año a año en una sede determinada. Que esa marea irrumpa en el escenario habitual clamando contra la violencia de la imposición de dogmas y restricciones sobre los cuerpos y las elecciones de vida, sseñalando la violencia de ser objetos de consumo, mediación muda para el discurso masculino sobre supuestas necesidades masculinas - el entramado patriarcal naturalizado y contra el cual sigue siendo necesario levantarse y reaccionar-, festejando el hecho mismo de "hacer el encuenro". Muchos esfuerzzos de organización previos suponen poder intereactuar tres días para hablar de muchos de los temas en los que se nos juega la vida, por discriminaciones en lo laboral, en el acceso a la educación, o el permanente acoso de las violencias obstétricas, simbólicas, psíquicas y físicas que se empezaron a denominar, gracias a la lucha y en medio de tanto dolor socialmente tolerado, con una nueva palabra : feminicidios, cuando las seuencias de pequeños abusos no consierados como tales, adquieren la forma más extrema.
Nuestro país asiste cada año a esa marea que se convoca también como caja de resonancia de la coyuntura, poniendo de relieve las diferenicas y las dificultades de articulación del movimiento para muchos objetivos comunes. Pero precisamente, en esa gimnasia muchas mujeres aprendemos la improtancia de la negociación entre lo posible y lo irrealizable, lidiamos con los intentos de apropiación de nuestras conquistas o metodologías, con el incesante mecanismo de cooptación o de desvalorización procedente de factores de poder con sotanas o con costumbres biurocráticas bien pero bien bien patriarcales. Mucho para deslindar y para procesar.
La nula mención de la diversidad de temas en los que se trabaja en los talleres, la manera en que se decide la sede próxima y se organiza - como se puede- el alojamiento y la infraestructura para el debate en lugares pequeños o grandes, desconoce, para centrarse en los hechos de violencia, la vigencia de las demandas que en la calle ponen en escena cada año las mujeres, constituidas en ese pueblo feminista, como lo llamó una académica.


La violencia de esta represión, de la intervención policial, merece el decidido repudio. Reacción intolerable en el estado de derecho. Como elogio de la desobediencia feminista, como tributo a distancia de las congéneres en lucha, repito: si tocan a una nos tocan a todas. Y como otra consigna, el encuentro somos todas..
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