Violencia de género y vida universitaria: conjunción para pensar competencias, responsabilidades, indiferencias y omisiones, desafíos y urgencias. Esta violencia, en particular hacia las mujeres como manifestación de una discriminación naturalizada en la sociedad, es un problema ante el cual la universidad debe dar respuestas. Pero no como una realidad ajena que la interpela y motiva a producir diagnósticos. La universidad debe asumirse como un territorio atravesado por diversas modalidades de exclusión y maltratos en razón del género.
Quienes han luchado para que esta violencia se torne significativa en sus multifacéticas manifestaciones, no han llevado la voz cantante en la academia. No establecieron los criterios para decidir qué merece ser investigado o no. Hasta tanto la perspectiva de género no logre permear programas de estudio o las practicas institucionales más allá de lo que coyunturalmente resulte políticamente correcto, la lucha continuará. Habilitar institutos de estudios de género no es lo mismo que someter a crítica un discurso androcéntrico y patriarcal profundamente enraizado. Crear donde no los hay, institutos, cátedras libres y observatorios es imprescindible, pero si son periféricos y la lógica predominante no se inmuta, son insuficientes para transformar la producción de conocimiento así como las practicas discriminatorias instaladas en la vida académica.
Considerar la violencia de género como una vulneración de derechos es el primer paso para desnaturalizar las condiciones inequitativas con las que se habita la universidad. Los mecanismos discriminatorios están naturalizados en el afuera y el adentro de la institución. El prestigioso ámbito académico puede cuestionar o, en una aparente indiferencia, legitimar los presupuestos sexistas del imaginario cultural.
Necesitamos recursos, reconocimientos y voluntades institucionales en diálogo con experiencias en marcha para trabajar en la intervención ante casos de violencia desde y también en la universidad. Fortalecer espacios que promuevan la equidad de género y las investigaciones sobre las violencias, formar y articular con las politicas públicas constituyen respuestas a situaciones de hostigamiento intolerables que sufren personas cuya integridad está amenazada. Pero además, porque su permanencia en la universidad, con la dignidad debida, es un derecho.
En la Conferencia "Avances y Desafíos en la implementación de políticas de género enlas universidades nacionales" realizada en mayo de 2015 en la Feria del Libro, Dora Barrancos (Directora de CONICET), Vanesa Vazquez Laba (Coordinadora del Programa Valeria Gioffre contra la violencia de la UNSAM y Marisa Fournier Coordinadora de la Diplomatura en Género Política y Participación de la Universidad Nacional de General Sarmiento, dieron cuenta, desde sus respectivos espacios y experiencias en marcha, de la respomsabilidad que les cabe a las universidades ante una problemática que conmueve, nos exige, pero frente a la cual no hay criterios comunes aún. Alcira Bonilla (FFYL UBA)propuso en ese debate la reformulación del lema “lo personal es politico” en estos términos: “lo personal es politica académica”. Lo es en todas las instancias, porque la falta de un lugar para esta problemática en el imaginario de estudiantes, investigadorxs, docentes, y no docentes suele abonar la negación: “esto no pasa aqui”. Pero, brutal o encubierta, la discriminación es parte de la cotidianeidad universitaria. Lo sabemos por experiencia. Probablemente todxs hemos sido testigos o víctimas de esta violencia alguna vez. No es un destino inexorable vivir la fragilidad para perseverar en la carrera por culpa de tecnicismos ciegos a condiciones dispares, socioculturales y genéricas que dejan en el camino un tendal de excluidxs. Es costumbre que puede transformarse si es un problema para la universidad y el resolverlo, un compromiso de toda su comunidad.
Hace unos días señaló Paula Torricella (IIEGE UBA)en diálogo con Télam: "Toda política universitaria debe estar cruzada por una perspectiva de derechos humanos respetuosa de las normativas que tanto nos costaron conseguir: la ley de educación sexual integral, la de protección contra la violencia hacia las mujeres y la de identidad de género, que son de cumplimiento obligatorio y deben orientar la comprensión de los vínculos y los saberes que circulan por la institución".
El Programa de la UNSAM lleva el nombre de una estudiante de esa universidad que murió a causa de la violencia de género -femicidio vinculado- en noviembre de 2013. Junto a otras manifestaciones de compromiso e iniciativas diversas, universitarias de distintos puntos del país fueron compartiendo inquietudes apostando a una construcción y articulación colectiva. En palabras de Vanesa Vazquez Laba al referirse al Programa y al equipo que tiene a cargo el Programa Vanesa Gioffre: "nuestra fortaleza es haber sorteado las dificultades de abordar un problema de esta naturaleza dentro de una institución universitaria, logrando desnaturalizar cualquier tipo de discriminación, maltrato, hostigamiento o acoso ejercido sobre las diferencias sexuales, étnicas, de clase, religiosas, entre otras".
Un primer encuentro cara a cara preparatorio y alentador, tuvo lugar en Neuquén en el marco de unas Jornadas. Se sucedieron meses de trabajo antes del lanzamiento en el cual nos reuniremos para debatir y fortalecer espacios y estrategias, entre todas, en red. La misma está integrada hasta el momento, por la UNSAM,la UBA, la Universidad de General Sarmiento, la Universidad Nacional de Córdoba, de Rosario, de José C. Paz, Arturo Jauretche -de Florencio Varela-, de Lanús, de Cuyo, de las Madres, del Comahue, de Salta, de Jujuy, de Tres de Febrero, del Centro de la provincia de Buenos Aires, de La Plata, de Santiago del Estero, de Tucumán, del Sur, de Moreno, de Misiones, del Litoral, de Quilmes, Patagonia Austral y de Entre Ríos.
"Como Red hay que transformar la institución para hacerla equitativa y hay que transformar su gobernanza para hacerla paritaria. Ningún sexo puede ser más relevante que otro ni en el conocimiento ni en la universidad" nos recuerda Dora Barrancos.
El próximo jueves 3 de septiembre se lanza una red de universidades nacionales que problematiza las cuestiones de género al interior de las instituciones de educación superior.
La jornada de trabajo se llevará a cabo en el Campus Miguelete de la Universidad Nacional de San Martín el jueves 3 de septiembre desde las 9 y 30 hs. Contará con la presencia de un panel de bienvenida integrado por el Rector de la UNSAM, Dr. Carlos Ruta, la Dra.Dora Barrancos Directora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas(CONICET) y Victoria Montenegro Coordinadora Nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres del Consejo Nacional de Mujeres. Además, habrá un panel de Decanas, integrado por la Dra. Gabriela Diker, Rectora de la Universidad Nacional General Sarmiento, la Dra. Graciela Morgade, Decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Univeridad Nacional de Buenos Aires y la Dra. Florencia Saintout, Decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.Posteriormente se trabajará en comisiones y habrá un plenario de cierre.
Lanzamiento de la Red Universitaria por la igualdad de género y contra las violencias
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