martes, 4 de enero de 2011
Miserables
En los recorridos obligados de las fiestas, pasando por la ciudad natal, la querida Gualeguaychú, a compartir el tiempo que se pueda con la familia, me enteré de un episodio que bien puede tomarse como un botoncito de muestra de lo que puede ser la Argentina que estamos dejando atrás...Lo pongo en relación con la impactante y revulsiva noticia del procedimiento realizado en San Pedro hace apenas unos días, digno de las épocas de La Forestal: reducción a la esclavitud en nuestra época, tolerada e invisibilizada, apañada y promovida por la codicia de los y las que se arrogan el título de encarnar algo así como la esencia de la Argentina, el "campo"...
Resulta que a mediados del mes de diciembre el hijo de un dirigente agropecuario, estrecho colega de Alfredo De Angeli, sufrió un accidente de trabajo en el campo, y concurrió con su padre a la guardia del Hospital Centenario de Gualeguaychú.
Ante la atención recibida, e inquieto por la espera del médico traumatólogo que lo asistiría tras las primeras instancias de atención, - recordemos, en el hospital público, hay que esperar en la guardia como esperan los peones, las madres con sus chiquitos, los adultos mayores, los y las trabajadores, los y las adolescentes que no tienen la celeridad supuesta de una guardia de clínica de obra social o clínica privada- el Sr. en cuestión pone el grito en el cielo y llama al Director del nosocomio para quejarse.
Muy bien, muy bien, sería genial si todas y todos los que esperan pacientemente doloridas/os, consternados/as y angustiados/as, contaran con el teléfono celular del director del hospital para increparlo por la demora, no?
Ahora, el Sr. en cuestión, que tiene a su propio hijo en negro, que recurre a la atención del ente público que cuenta con profesionales e infraestructura que provienen de los recursos del Estado a través de los impuestos que los y las ruralistas se resisten a pagar, clama a los cielos, a las radios y medios adeptos quejándose de que no le responden como patrón que es, y recibe el trato de cualquier ciudadano/a...
Pero como no todos/as nos quedamos callados/as, sucedió que el Director del Hospital, tras haber escuchado la carta abierta que el bravo ruralista diera a difusión por las radios gualeguaychuenses, se indignó y contestó a la proclama encendida del hombre de campo publicando dos solicitadas en los medios escritos para aclarar la situación. De su texto quiero destacar especialmente, este párrafo:
"El hijo del Sr. Ferrari tuvo la atención traumatológica y médica en tiempo y forma, siendo resuelta su situación, realizándole la toilette quirúrgica correspondientemente y a la espera de una prótesis, brindándole el Hospital la estructura y la posibilidad de la adquisición de la misma, ya que no posee cobertura social, siendo infructuosos los llamados de ésta Institución para tal fin a su teléfono celular, en la semana que pasó.
En definitiva, el Señor Juan Ferrari, a través de un tercero, insulta, descalifica, prejuzga y daña la imagen profesional individual de un médico y de la Institución del Hospital Público, queriéndose llevar todo por delante, como es su costumbre, sin importarle lo que le pasa a los demás, sin tener en cuenta que estamos en una sociedad que debe ser solidaria y servicial, debiendo respetar la profesionalidad y la institucionalidad en todos los órdenes, sabiendo que no tiene prebendas a pesar de las amenazas de salir a los medios o presionar a los mismos para tener voz a través de terceros.
Sin descartar de iniciar las acciones legales pertinentes, reivindicando el hacer profesional de los médicos intervinientes, en particular del Dr. Jorge Capurro y creyendo convincentemente y por encuestas que nos avalan lo dicho de que la población de Gualeguaychú se inclina a elegir al Hospital Centenario ante la ocurrencia de una Urgencia y Emergencia Médica no solamente por la estructura mencionada oportunamente, sino también por el Recurso Humano existente."
Dr. Hugo E. Gorla
En los pueblos como San Pedro donde Nidera esclaviza personas, hasta ciudades como Gualeguaychú, la hipocresía y la vista gorda son moneda corriente. Todo el mundo sabe y comenta, todo el mundo calla el abuso del empresario, del cura, de los/as poderosos/as, y quien levanta la voz y denuncia - nunca falta alguien con dignidad y coraje- paga su precio por la osadía.
Así vivimos y así estamos remando, como podemos, contra estas cómodas y cómplices prácticas: el Sr. Ferrari no solamente prepotea al profesional del hospital público adonde acude porque tiene a su hijo en negro; a sus trabajadores/as rurales no le irá mejor en cuanto a la legalidad y ni hablemos de su actividad económica...
¿No sabe todo el mundo en el pago que en medio del lock out sacaban reses y se aseguraban su quinta? ¿No sabe todo el mundo que ni un ápice de las ingentes ganancias sojeras va al pago de mejores salarios de los empleados rurales? ¿No sabe todo el mundo que los grandes propietarios se quedan, por las reglas de juego capitalista, con el esfuerzo del pequeño chacarero cuando está en la mala? ¿No saben acaso que se quejan contra un gobierno que ha impedido desde el 2003 el remate de los campos con sus políticas de fomento de la producción, y que son uno de los sectores que lejos de perder, más ha ganado con este rumbo económico?
Como se va por más, por más justicia social y mejor distribución, más vale que se cuiden algunos soberbios de tratar al prójimo como patrón de estancia a la antigua. No vvivimos más en los tiempos de La Forestal o de la Patagonia rebelde, porque no lo naturalizamos, no lo toleramos.
La reducción a la esclavitud, la actividad ilegal, el no pagar impuestos, es sencillamente un crimen. Provenga de quien provenga.
Hay una sociedad que apoya con convicción una gestión de gobierno que va reposicionando el Estado en el papel que debe ejercer: obligar a gente como Ferrari a pagar sus impuestos, a legalizar a sus trabajadores/as, aplicando con la seriedad institucional de la que tanto se habla por hablar, ejerciendo la sanción legal que corresponde a quienes evaden, delinquen y arrasan con su conducta con los derechos de todas y todos.
Por quienes vamos al hospital público, por quienes hacen horas de cola para ser atendidos, por quienes jamás gozaron de prebendas y privilegios, por las enfermeras y los enfermeros mal pagos que atienden como pueden y sostienen con su esfuerzo lo único que hay disponible para la gente que no goza de cobertura social, tal vez por algún desliz de ciertos sindicalistas que más se parecen a los patrones que a sus afiliados.
Por las multitudes que queremos otro paisaje humano, menos miserable y más solidario, vale la pena avanzar en gestos como el del Dr. Gorla, como el de la fiscalía que actuó con celeridad y eficacia para descubrir la esclavitud perpetrada por los monstruos como Nidera.
Por vos y por mí, revueltas las tripas de indignación pero henchido el corazón de ilusiones que no resignamos, no callamos.
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Hola Daniela
ResponderEliminarUn gusto volver a leerte. Realmente es indignante el caso que contás, ese mix de evasor, capanga, tiramerde, un posgrado de miserabilidad, al punto de tener en situación ilegal al propio hijo. Puedo imaginarlo tranquilamente en ese famoso asado que hicieron De Angeli & Cía para festejar la muerte de Néstor Kirchner, da perfectamente el perfil para sentarse a esa mesa.
Logrado ejemplo de la Argentina que queremos dejar atrás, es muy gratificante que se le haya respondido poniendo las cosas blanco sobre negro. Aprovecho para enviarte mis saludos, y desear que tengas un gran año con los tuyos.
Hola!!
ResponderEliminarEstuve unos días sin conexión, conectada pero de otra manera... Estas gentes y estas crueldades toleradas son de toda la vida; lo que me parece crucial es dejar de naturalizarlas, seguir indignándonos, hacer lo que haga falta para cambiar nuestros contratos sociales, para de verdad respetarnos.
Es incompatible con el sistema en el que vivimos, ya lo sabemos. Pero emprenderla contra los molinos de viento sigue siendo la única que queda!
Te deseo lo mejor para vos y tu flia., amigos y amigas, y que sigamos en contacto!!!
Dani tu comentario sobre este travestido defensor del campo es sumante significativo porque:
ResponderEliminarLa respuesta del director del Hospital pone en evidencia que para una prótesis esta persona no contaba con la obra social correspondiente,ni la ART necesaria, pero se le ofreció la que provee el estado al hijo de un señor que "cacarea" pero usufructa de los elementos que debieran estar destinados a quienes no pueden económicamente solventarla. Eso sí ... pagar retenciones móviles ni hablar...porque total que el Estado se arregle, como en otros tiempos nefastos reduciendo los salarios de los empleados e incluso de los jubilados, pero que mis onerosas ganancias no me las toquen. Aqui en estas cuestiones casi domésticas se desnudan cruelmente las verdaderas esencias de estos señores que hablan del campo y de la patria...bah los patrioteros de pacotilla de siempre.
Asimismo BRILLANTE EL CORAJE Y LA IDONEIDAD ETICA DEL DIRECTOR DEL HOSPITAL DE GUALEGUAYCHU, asumiendo SU RESPONSABILIDAD SOCIAL Y PROFESIONAL FRENTE AL HECHO:¡ DR.HUGO GORLA MIS RESPETOS!. Estoy segura de que al escucharme me respondería que era su obligación profesional y ciudadana, y estoy de acuerdo con ud. lo mío es EL ACOMPAÑAMIENTO A UN PAR DESDE LO ETICO QUE ME HACE SENTIR QUE SOMOS MUCHOS.
Dani a pesar de la circunstancia que orgullosa debes sentirte, vos que siempre hablas cosas tan lindas de tus pagos:
Un abrazo Silvia
Ademas debe recordarse que este Sr. Ferrari, (dirigente del PCR, entre otras cosas) es un conocido evasor de impuestos, y tiene una condena en suspenso por un juicio que le iniciara la AFIP.
ResponderEliminarNo todo el mundo calla ni tolera ni cosiente.
ResponderEliminarCuesta mucho más en el pago chico, obviamente.
Gracias Silvia y Antonio, y es así, somos bastantes!!!
Me quedé sorprendida , indignada. Hay un odio mío, que lejos de apaciguarse, con el tiempo crece. Esta historia de patrón de estancia que se cree dueño de vidas muertes,de prestigios, de carreras, de dignidades : ¡nunca más!
ResponderEliminarSaludos!
Paola, mientras no perdamos la capacidad de indignarnos seremos capaces de cambiar algo, aunque sea eso que tenemos enfrente.
ResponderEliminarNo es poco.
Un abrazo grande
Hola Dani
ResponderEliminarleo tus escritos con retraso... pero lo leo :). Si nunca me cerraron los dirigentes agropecuarios entrerrianos ahora se me cerró el círculo leyendo sobre lo que reflexionás... en las acciones cotidianas uno se muestra tal cual es.... y ellos en su cínica hipocresía dan escuela. Me sigo preguntando cómo tanta gente creyó en su discurso... qué pasa en los docentes que han apoyado estas protestas de dirigentes que siguen festejando los golpes de estado y la desestabilización institucional como ahora estoy segura festejaron en CdelU la muerte de NK con un asado...
Soy oriunda de la Colonia Caseros y veo como han progresado personas conocidas de origen rural, con instrucción básica, y como yo que llegué a la universidad ni en sueños remotos podría tener su progreso material... ambos hemos trabajado pero a ellos les ha ido mejor que yo… y la verdad me alegro por ellos pero no aceptaré jamás su constante queja de que les va mal ….. y como muchos medios de comunicación les hacen el juego ….
En fin, queda mucho por hacer en este país…
Abrazo,
Ara
Araceli
ResponderEliminarTenés mucha razón, hay tanto por hacer! Un cambio monumental, lento, de mentalidad, de cultura, de prácticas.
Gracias por leer y comentar, un abrazo!!
Por demás subjetiva ya desde la imagen y su mensaje, el título y la generalización de un tema a partir de un hecho singular que seguramente se repita en otros hechos pero también contextos y rubros, no hace falta ir al campo a encontrar trabajo esclavo, lo tienen en los talleres porteños de la ropa que ud. usa por decir dar un ejemplo, lo sepa o no. Lamento la necedad y más aún la falta de visión crítica objetiva y la toma de posición tan evidente, fija posición sin el más mínimo rastro de autocrítica, no es militante, es hincha de fútbol, solo conoce la ley de masas (suma de voluntades y falta de pensamiento). Pierde toda autoridad ética para enunciar cualquier opinión, su visión de la realidad está totalmente sesgada. Y cegada también ;) Es una pena que no se haga un análisis más serio del tema y que se utilice con un fin tan populista, 1 millón de moscas no se equivocan
ResponderEliminarEn primer lugar, anónimo/a,
ResponderEliminaresta barrabrava le agradece el comentario.
Nada más una cosa: todo se dice, se piensa desde una perspectiva. Todo es, de alguna manera subjetivo. Cuando se establecen hechos como por ejemplo, un delito pasible de condena como la existencia de trabajo rural esclavo por ejemplo, que este gobierno K intenta de veras erradicar, cada unx toma una postura.
Cuando se piensan en los modelos de desarrollo sustentable, atendiendo a la necesidad de trabajo, de preservar la tierra y la salud de quienes habitamos aquí y pensando en las generaciones futuras, tomamos posición, claramente.
La trampa está en autodefinirse como neutral o bien, arrogarse el título de defensor de trabajadores rurales o pequeños productores, y servir otros intereses.
La trampa es pensar en la caja o en la cotización de la soja que engrosa una cuenta bancaria y proclamar que ese interés es el de "el campo" o "el país".
Y claramente, aquí en Buenos Aires como en las provincias, el trabajo esclavo es clave en la industria indumentaria y con ella se hacen ricas personas como al Sra. Awada, la esposa de Mauricio Macri, por citar a alguien. Y sabe qué? es el ministerio de trabajo nacional o el ministerio de seguridad el que se mueve para combatir la trata de personas.
Claro, eso no sale amplificado en Clarín o TN. Por suerte contamos con herramientas informáticas para enterarnos, le recomiendo buscar los videos de estos operativos en YOUTube.
Muchas gracias. Como ve, lxs bloggerxs discutimos y nos gusta hacerlo. Al menos aquí la comunicación es bastante más horizontal a lo que hemos estado acostumbradxs.