Creo que en política tan clave como el qué es el cómo.
Que lo declarativo, los principios a defender y por los que trabajamos, pueden ser los más elevados, pero...¿cómo los hacemos carne? Cómo los vivimos y los contagiamos, a partir de cada gesto mínimo?
Lo dijo Jauretche a propósito de los intelectuales que "amaban la libertad en abstracto, la justicia en abstracto, pero no salen corriendo detrás del policía que se lleva a un huelguista, a un manifestante..." algo así.
Las crisis de muchos partidos revelaron que el cómo, que las prácticas han sido fuerzas exoulsivas de las voluntades que se acercaron a ellos con sinceras ganas de cambiar las cosas. Que dirigentes más interesados en las pantallas de televisión que en la charla cara a cara, terminaron quedandose sin tropa alguna.
Mirar a los ojos, mezclarse entre los/as rezagados/as, eso es un liderazgo perdurable.
Desde hace unos años el movimiento social está presentando interesantes novedades. Nuevas formas de expresión e iniciativa para la creación política, que no desdicen principios que históricamente se han sostenido sino que difieren en el cómo acercarse a ellos, cómo no licuarlos ni traicionarlos.
Sin pedir permisos, sin tener dirigencias verticales, sin ceñirse a ciertas identidades a las que "bajan" una línea, coexisten nuevos experimentos exitosos con las maneras tradicionales de los partidos y las "orgas".
Hay un cansancio y una resistencia saludable a dejarse llevar por dirigentes mediáticos que de un día para otro mudaban posturas. Hay una sana desconfianza en los tropeles que están en todas las fotos pero no pegando carteles en la esquina con "la tropa".
Creo que emerge con mucha irreverencia una manera inédita de hacer, decir y participar desde una horizontalidad que es durísima de conseguir, pero no imposible.
Hoy tenemos redes, cibermilitancia, articulaciones que superan en fuerza y convocatoria a los mismísimos partidos.
Nuevas formas.
Es importante que una etiqueta partidaria, una pertenencia parcial, no limite ni cristalice lo que, en movimiento constante, excede los límites. La creación política que haga que mientras defendamos y persigamos más libertad, más justicia, más libres, más justas/os seamos.
Desafíos de las nuevas formas para la participación y un protagonismo de cada una/o, compartiendo las tareas, los errores y los aciertos. Multiplicando los sueños y las pequeñas grandes victorias, las que mueven las montañas de una cultura política.
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Hola Daniela
ResponderEliminarMuy atinado lo que decís. Son las nuevas formas de la democracia, siguiendo la línea de tu razonamiento. Y también los límites a la política comiteril, trenzadora. Estas nuevas formas permiten la inclusión de las minorías, hacen a su visibilidad y su problemática, como lo vimos con el tema del matrimonio igualitario.
Creo que es una temática a la cual volveremos en más de una oportunidad.
Te mando un Abrazo
Sujeto,
ResponderEliminares así, un trabajo constante sobre nuestras mismas prácticas y esquemas. Pero no queda otra más que hacerlo.
Otro abrazo
Impecable. Es evidente que hay formas que quedaron obsoletas y pesonajes que perdieron prestigio, credibilidad y cariño por doquier. Coincido con vos y con Sujeto. Las nuevas modalidades de militancia, compromiso y expresión son, indiscutiblemente, un fenómeno saludable. Con errores y aciertos, seguramente. Hay que seguir pensándolo, discutiéndolo y estimulándolo. Se da en las calles, en la juventud, en los blogs, en los artistas, y trascienden las metodologías ortodoxas. Creo que una buen camino es seguir abriendo, generar una contrahegemonía de múltiples voces, "multiplicando los sueños"...
ResponderEliminarTenés razón. Hay muchos que nos movilizamos por el gobierno sin tener pasado peronista. Te diría que hay unos cuantos de mi edad que de pendejos sentimos la ilusión en el '83, la idea de un país mejor.
ResponderEliminarEsa camada de gente ocupó el espacio libre que quedó de la parte del peronismo que se entregó en los '90, los que hoy vemos en el Grupo A.
Hay quienes superaron su antiperonismo de base, otros cantar la marcha no les cabe, sin embargo adhieren como el que más.
Los gobiernos de Néstor y Cristina lograron romper para muchos el relato gorila del '55. Revalorizaron los '50. Pusieron un espejo de esa época en los tiempos actuales.
Hoy me atrevería a decir que este movimiento excedió la barrera del peronismo. De alguna forma, sin perjuicio ni prejuicio, el kirchnerismo excede el peronismo y sin renegar de él produjo un fenómeno más abarcativo, más allá incluso de la percepción de muchos dirigentes.
Saludos