Pensaba escribir sobre el ejercicio de la memoria como una tarea ineludible para la ampliación de la democracia. Para saber de dónde venimos, cuáles son las herencias que recibimos, para comprender lo que nos sucede como sociedad y cuáles son las opciones por delante (que no son nunca infinitas ni aparecen de la nada).
Y se muere Massera, hoy.
Se muere y no en una cárcel. Fue indultado en 1990. Al reabrirse los juicios paralizados se le dictó prisión preventiva, pero se le otorgaron beneficios a causa de su estado de salud : un aneurisma lo habría dejado "demente".
Recibió condenas sociales también, que son las definitivas a largo plazo. El día que tuvo que abandonar un restaurante cuando toda la concurrencia lo enfrentó, retirándose en señal de repudio, lo que no había logrado el brazo institucional de la justicia -gracias a la debilidad de los gobiernos perdonadores- logró sancionarlo.
Se me dirá "quedó impune". Cumplió menos de cinco años de su condena a perpetua por el indulto de Menem. Se lo procesó por el robo de niños/as. Sólo en el exterior se lo condenó en ausencia, como a Astiz.
Es verdad. La justicia llegó tarde y llegará tarde para muchos como él.
Pero está la memoria colectiva que sabe quién fue, qué representó, en especial por haber sido quien tuvo el proyecto político dentro de la Junta Militar, apuntando a cooptar a los"recuperados/as" en el contexto del infierno de la Esma.Y se muere Massera, hoy.
Se muere y no en una cárcel. Fue indultado en 1990. Al reabrirse los juicios paralizados se le dictó prisión preventiva, pero se le otorgaron beneficios a causa de su estado de salud : un aneurisma lo habría dejado "demente".
Recibió condenas sociales también, que son las definitivas a largo plazo. El día que tuvo que abandonar un restaurante cuando toda la concurrencia lo enfrentó, retirándose en señal de repudio, lo que no había logrado el brazo institucional de la justicia -gracias a la debilidad de los gobiernos perdonadores- logró sancionarlo.
Se me dirá "quedó impune". Cumplió menos de cinco años de su condena a perpetua por el indulto de Menem. Se lo procesó por el robo de niños/as. Sólo en el exterior se lo condenó en ausencia, como a Astiz.
Es verdad. La justicia llegó tarde y llegará tarde para muchos como él.
Y si hace falta seguir hablando del terrorismo de Estado y de la desaparición de personas como práctica sistemática, planificada y tolerada por la cúpula de la Iglesia Católica y sectores de la sociedad que se beneficiaron con las políticas económicas de la Dictadura Militar, es porque esa memoria es la única forma de no repetir estas atrocidades.
Si seguimos construyendo la memoria de quiénes y el cómo y el para qué de las torturas, los secuestros, el robo de bebés, la complicidad de resortes judiciales, del rol de una prensa adicta y entusiasta de la represión que contribuyó a mantener en la clandestinidad el horror, -desinformando, tergiversando o llamando "enfrentamientos" a ejecuciones - seguramente no volverá a tolerarse nada semejante.
Aunque el discurso "blumberguiano" de la inseguridad haya prendido en ciertas franjas de la población, de allí a alentar un exterminio, ya implica un paso que no todos/as están dispuestos a dar. Hay, sino principios sólidos de respeto por la vida humana, al menos, formas que mayoritariamente han calado hondo en el tejido social.
La memoria conlleva relatos no siempre homogéneos, interpretaciones que coexisten alrededor de estas heridas que toman tiempo en ser procesadas.
La memoria se fue abriendo camino entre las posturas conciliatorias con el Proceso con ímpetu de dejar todo atrás, de meter la basura debajo de la alfombra decretando olvidos; se abrió paso a los empujones y codazos entre los vaivenes de un gobierno que pretendió que los militares se juzgaran entre ellos. Eran los tiempos nuevos de la democracia recuperada; los militares eran fuertes a pesar de su deshonra en Malvinas. Provocaron con una rebeldía una concentración masiva en defensa de la demoracia y las instituciones, y aunque se haya negociado ese respaldo monumental, ya había anticuerpos contra el terror y el miedo.
Movilización, denuncia, investigación. Dar testimonio.
No había precedentes de lo acontecido. Faltaban figuras legales para un juzgamiento.
Se batalló ininterrumpidamente desde las primeras rondas de las Madres en 1977 para nombrar, para recoger datos y narraciones terribles e imprescindibles en un trabajo digno de juzgado de instrucción que permitió al fin, que la Cámara Federal sentara en un banquillo de acusados a Videla, Massera y Agosti, y los condenara.
Una conquista dramática de justicia que seguramente estos desalmados jamás imaginaron.
Cuando se juzgó, - y tan limitadamente como fue - se traspuso un umbral para que la democracia empezara a afirmarse en un cimiento básico: el respeto por los derechos humanos y la igualdad ante la ley.
Luego, durante años vivimos resistencias, vergonzosos indultos, leyes de perdón, pero desde los organismos, desde la ciudadanía que no era ya capaz de resignar la bandera de Memoria, Verdad y Justicia, se mantuvo un reclamo, se apeló al escrache, a la inscripción en las calles. Sin dar un paso atrás.
Finalmente y por esa memoria viva en estado de construcción permanente, los juicios se reabrieron, se declararon inconstitucionales las leyes de la impunidad y Néstor Kirchner, como presidente de la Nación, procedíó a ordenar que el cuadro de Videla fuera descolgado en la Escuela de Mecánica de la Armada. En nombre del Estado Argentino, pidió perdón por los crímenes de lesa humanidad. Pudimos entrar en la ESMA a conmemorar la memoria de las víctimas, con nuestros/as hijos/as, a explicar qué había sucedido allí, a escuchar a quienes nacieron allí en cautiverio y habían recuperado su identidad y la historia que les habían robado. Como Juan Cabandié, que se reinventó desde su tragedia personal. Como otros/as nietos/as recuperados/as por la incesante lucha de Abuelas.
Y lejos de transformarse en un algo estático, el Espacio para la Memoria en el que fuera el más terrible centro clandestino de detención, tortura y muerte se convirtió en sede de actividades culturales y artísticas en sintonia con el pulso vital de una sociedad que quiere ser cada día más democrática en sus prácticas y sus experiencias.
Vamos a seguir hablando mucho, y por mucho tiempo de Massera.
Vamos a seguir haciendo, desde nuestro lugar, esa memoria y esa justicia por las víctimas y por nosotros/as mismos/as.
Si seguimos construyendo la memoria de quiénes y el cómo y el para qué de las torturas, los secuestros, el robo de bebés, la complicidad de resortes judiciales, del rol de una prensa adicta y entusiasta de la represión que contribuyó a mantener en la clandestinidad el horror, -desinformando, tergiversando o llamando "enfrentamientos" a ejecuciones - seguramente no volverá a tolerarse nada semejante.
Aunque el discurso "blumberguiano" de la inseguridad haya prendido en ciertas franjas de la población, de allí a alentar un exterminio, ya implica un paso que no todos/as están dispuestos a dar. Hay, sino principios sólidos de respeto por la vida humana, al menos, formas que mayoritariamente han calado hondo en el tejido social.
La memoria conlleva relatos no siempre homogéneos, interpretaciones que coexisten alrededor de estas heridas que toman tiempo en ser procesadas.
La memoria se fue abriendo camino entre las posturas conciliatorias con el Proceso con ímpetu de dejar todo atrás, de meter la basura debajo de la alfombra decretando olvidos; se abrió paso a los empujones y codazos entre los vaivenes de un gobierno que pretendió que los militares se juzgaran entre ellos. Eran los tiempos nuevos de la democracia recuperada; los militares eran fuertes a pesar de su deshonra en Malvinas. Provocaron con una rebeldía una concentración masiva en defensa de la demoracia y las instituciones, y aunque se haya negociado ese respaldo monumental, ya había anticuerpos contra el terror y el miedo.
Movilización, denuncia, investigación. Dar testimonio.
No había precedentes de lo acontecido. Faltaban figuras legales para un juzgamiento.
Se batalló ininterrumpidamente desde las primeras rondas de las Madres en 1977 para nombrar, para recoger datos y narraciones terribles e imprescindibles en un trabajo digno de juzgado de instrucción que permitió al fin, que la Cámara Federal sentara en un banquillo de acusados a Videla, Massera y Agosti, y los condenara.
Una conquista dramática de justicia que seguramente estos desalmados jamás imaginaron.
Cuando se juzgó, - y tan limitadamente como fue - se traspuso un umbral para que la democracia empezara a afirmarse en un cimiento básico: el respeto por los derechos humanos y la igualdad ante la ley.
Luego, durante años vivimos resistencias, vergonzosos indultos, leyes de perdón, pero desde los organismos, desde la ciudadanía que no era ya capaz de resignar la bandera de Memoria, Verdad y Justicia, se mantuvo un reclamo, se apeló al escrache, a la inscripción en las calles. Sin dar un paso atrás.
Finalmente y por esa memoria viva en estado de construcción permanente, los juicios se reabrieron, se declararon inconstitucionales las leyes de la impunidad y Néstor Kirchner, como presidente de la Nación, procedíó a ordenar que el cuadro de Videla fuera descolgado en la Escuela de Mecánica de la Armada. En nombre del Estado Argentino, pidió perdón por los crímenes de lesa humanidad. Pudimos entrar en la ESMA a conmemorar la memoria de las víctimas, con nuestros/as hijos/as, a explicar qué había sucedido allí, a escuchar a quienes nacieron allí en cautiverio y habían recuperado su identidad y la historia que les habían robado. Como Juan Cabandié, que se reinventó desde su tragedia personal. Como otros/as nietos/as recuperados/as por la incesante lucha de Abuelas.
Y lejos de transformarse en un algo estático, el Espacio para la Memoria en el que fuera el más terrible centro clandestino de detención, tortura y muerte se convirtió en sede de actividades culturales y artísticas en sintonia con el pulso vital de una sociedad que quiere ser cada día más democrática en sus prácticas y sus experiencias.
Vamos a seguir hablando mucho, y por mucho tiempo de Massera.
Vamos a seguir haciendo, desde nuestro lugar, esa memoria y esa justicia por las víctimas y por nosotros/as mismos/as.
La construcción de este momento de Verdad, Memoria y Justicia llevó muchos años y muchas luchas.
ResponderEliminarLamentablemente todavía quedan sectores de la sociedad que reivindican el terrorismo de estado. A tal nivel de locura llevo el formateo de las mentes que realizaron los sectores golpistas (cívico-militares, como dijo CFK) y sus adláteres de los Medios de comunicación.
Aún hoy, cuando escucho tanto discurso de antipolítica, de parte de políticos -para colmo-, no puedo evitar pensar que ese discurso también se dirige a aquellos que, como dijo Duhalde, quieren a Videla.
A seguir construyendo memoria.
Y ojalá que los genocidas que quedan todavía vivos, continúen así por muchos años, para que la Justicia llegue a tiempo y los coloque donde deben estar: pagando sus crímenes de lesa humanidad en una cárcel común.
Saludos, Daniela.
Hola Daniela
ResponderEliminarMaravilloso lo que escribiste, pura justicia desde la palabra, creo se llama memoria.
Hace años vengo fantaseando sobre qué haría al momento de esta muerte; me pone muy feliz el hecho de que, justamente, no la "festejé", no se me dió po el revanchismo. Más bien, cierto desprecio signado por la indiferencia.
Hace mucho vengo escribiendo sobre los odiadores; temía convertirme en uno de ellos.
Por suerte, eso no pasó. Me convertí (y creo que muchos)nos convertimos en algo infinitamente más peligroso para tipos como el que se murió: memoriosos.
Vuelvo a felicitarte por tu escrito.
Saludos
Creo que es verdad lo que decís Ricardo, hay resabios de ese odio que se manifiestan cada tanto, y otros resortes violentos que se expresan. Pero creo que están en retirada, que no convocan ya a nuevas generaciones.
ResponderEliminarApuesto a la militancia en el respeto por la vida como forma de neutralizar esa manera de concebir la política, exterminando.
Los discursos de perdón y de olvido han sido repudiados ampliamente, Duhalde no cosechó de allí: sumó otro fracaso, que se combina con su responsabilidad aún no esclarecida en hechos como la muerte de Kosteki y Santillán.
Sucumben los apologistas del terror, ante ejemplos como el de Madres y Abuelas que jamás cayeron en la justicia por mano propia. Y esa es la siembra más productiva: demostrar que se puede cambiar esa dinámica y así, conseguir la justicia que se pueda, pero ante todo, construír vínculos de convivencia.
Gracias Ricardo, un saludo
Sujeto:
ResponderEliminarGracias por tus palabras. A veces uno/a cree que va a festejar la partida de estos personajes tremendos, siniestros, pero no somos así. Si pudimos horrorizarnos con lo ocurrido, el deber que se nos impone es trabajar en que no se repita.
Si nos violenta cualquier tipo de atropello o de banalización de estos crímenes, es que estamos ya en otra senda.
Nadie puede decir hoy que no sabía. Y quienes no vieron venir tamaña atrocidad, ahora tienen una experiencia para comparar. Y esto es lo que tenemos que mantener vivo, fresco, presente, para advertirnos, para impulsarnos a esa transformación social que queremos.
Un abrazo
Daniela, yo también creo que como sociedad generamos las defensas para que nunca más volvamos a sufrir un infierno como el que se vivió en la dictadura. Y que importante en eso que es la memoria, el trabajo militante de Madres y Abuelas, los artistas comprometidos, las políticas de DDHH de este gobierno (con el símbolo ya eternizado de Néstor descolgando los cuadros genocidas).
ResponderEliminarTampoco me alegro por su muerte, de hecho me da bronca lo injusta que puede ser la vida que a este tipo le da más de 80 años y una muerte en una cama caliente y en condiciones dignas, condiciones que no tuvieron ninguna de sus víctimas.
Buen post, saludos.
Excelente aporte a la Memoria Histórica. Felicitaciones. Adhiero al profundo repudio mayoritario del pueblo por cada acción, cada gesto, cada mirada, cada "tarea", y cada palabra pronunciada por este imperdonable genocida, torturador, y detestable delincuente. Su nombre manchará eternamente la historia de nuestro país. Quizás, una gigante construcción colectiva de la Memoria alcanzará (apenas) a atenuar el sufrimiento de los compañeros desaparecidos y demás víctimas. Quizás ni siquiera eso pueda atenuarlo. Pero, al menos, contribuirá a que ya nunca nuestro pueblo vuelva a sufrir un atropello semejante. "Todo está cargado en La Memoria".
ResponderEliminarkIRChner al cielo - Massera al infierno
ResponderEliminarHola. Te invito a conocer un BLOG DE HUMOR K - DIALOGO PERON Y KIRCHNER:PERON: "Ya que estás recién llegado de la Tierra, decime ¿aún no se sabe que pasó con mis manos?"KIRCHNER: "Ah ¿ud tampoco tiene idea? Yo pensé q las había puesto en el cuello de Menem"PERON: "Ya q ... ...ue hablamos de traidores, ¿cómo se te ocurrió ponerle a Cobos de vice de Cristina?"KIRCHNER: "¿Y por casa como andamos? ¿O ya se olvidó de la fórmula Perón-Isabelita?"PERON: "Tenés razón. Parece que los peronistas para elegir vice somos peores que Silvio Soldán eligiendo novia. A propósito: ¿será verdad que Dios le está haciendo sentir culpa a Cobos para ver si se suicida?"KIRCHNER: "Ojalá. Pero no abrigo muchas esperanzas. El tipo es muy contradictorio. Pero te voy a contar un secreto que se vino a la tumba conmigo. ¿Te enterastes que la Legrand se avivó de que mi conja era demasiado pequeño? Sucedió que los gorilas advirtieron mi maniobra y la desbarataron cambiándome el cajón.El que yo tenía previsto emplear era el doble de grande. Mi idea era que lo inviten a Cobos a mis exequias y, en el momento del último adiós, manotearlo y traermelo para acá conmigo. Pero se ve que algún infiltrado lo alertó y el cagón se rajó en helicóptero a su Mendoza natal ..."PERON: "¡Qué cosa con estos radichetas! Se salvo igual que de la Rúa ... gracias a la aeronaútica. Pero ya está me distes una idea para transmitírsela a Dios. Podríamos meterlo en un avión junto a la delegación del equipo de Godoy Cruz. Les damos una pelota para que se entretengan y cuando estén en el medio del picadito, una azafata les tiene que decir: "¡Chicos... aquí, no. A jugar salgan al patio!"LEER más en el blogSi te agrada hacete miembro del blog Gracias. www.kikitodulce.blogspot.com
Como escribió también León Gieco, "no sé si vas a caer"(pero) "el amor es tenaz y vuelve a salir con el sol".
ResponderEliminarSaludos, compañeros.