domingo, 31 de octubre de 2010
Palabras justas
No soy una persona de fe en Dios. La tuve alguna vez, pero la institución religiosa primero y los dogmas después, me llevaron a otra postura.
Con la vida y la madurez asumí que lo que realmente da sentido a nuestra vida son aquellos principios que asumimos y hacemos carne en nuestras acciones.
Por eso respeto profundamente a quienes, tengan o no fe, son fieles a sus valores y lo dan todo por ellos, no los venden ni los guardan cuando los tiempos vienen duros.
Hombres y mujeres que se juegan.
Como los religiosos trabajan a partir de principios morales y virtudes que enseñan a sus semejantes,ocupan un lugar privilegiado, un lugar de poder a partir de la dedicada escucha de sus feligreses.
Seres humanos de carne y hueso pero desde una institución poderosísima.
En la Iglesia Católica hubo un Monseñor Plaza, un Cardenal Aramburu, un Von Wernich. Otra cosa muy distinta es hablar de un Mugica, una Pelloni, un Angelelli, una Alice Domon.
Hay quienes que se dan por los demás. Que se toman en serio el amor al prójimo y el alivio del sufrimiento de los que menos tienen. Seres entrañables que te contagian su amor, como Luis Farinello.
Tenemos en nuestro país al Rabino Bergman. Sirviendo poderes nefastos.
Bergoglio y su odio, su protección del poder económico, su delación de curas durante la represión, su homilía del jueves con los personajes que operan contra el pueblo que lloraba a Kirchner.
Y tenemos al Rabino Goldman, que es un hombre admirable, de compromiso sincero con los derechos humanos, que sabe trabajar con el movimiento ecuménico en momentos difíciles, un hombre de bajo perfil.
Goldman escribió un artículo hermoso y muy agudo que me gustaría compartir sobre Néstor, la memoria y la esperanza en lo que se viene.
Porque son necesarias las palabras justas, y los/as justos/as, imprescindibles.
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Un gran artículo.
ResponderEliminarLos que se alarman por el "uso" de los DD.HH. son los que quieren que no se usen los DD.HH. Que permanezcan inmóviles y olvidados en algún cajón.
Una vergüenza que los que nos dan vergüenza tengan más vidriera. Hablo del otro Rabino, que no es Goldman.
Saludos, Daniela.
Pregunto: ¿los DDHH son como las reservas del BCRA? es decir, algo para ver, algo para contabilizar, pero no para ser aplicados ?
ResponderEliminarDigno de figurar en el Guiness de la estupidez.
Valioso texto Daniela, digno de difundirse.
Saludos
Estimados:
ResponderEliminarAdemás de tratar a los DDHH como botín, -quién puede hacer ese cálculo?- me llegaron los otros derechos que Goldman considera, como el de comer, por ejemplo.
Dentro de la tergiversación interesada que hacen los apologista de la mano dura, los derechos son solo para pocos,y la pobreza es sinónimo de delito.
Por eso el texto es tan bueno también.
Hay que desmontar cada día esa lógica represiva.
Un abrazo y gracias por sus aportes.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLindo texto, Daniela.
ResponderEliminarTango D., gracias, he pasado.Felicitaciones también... Extender esta red de colaboraciones es la consigna, y siempre nos enriquecemos más.
ResponderEliminarSaludos!
Comandante cansado, muchas gracias, he visto que tenemos afinidades electivas.
Un saludo
Adhiero totalmente. Entre tanta hipocresía es de vital importancia seguir fomentando vínculos más justos e igualitarios. Decir basta a la violencia de género es, en si mismo, proponer una transformación cultural, luchar contra imaginarios tan crueles establecidos en el tiempo. Pensar que un tipo de sociedad diferente es posible. Depende de todos y todas. Saludos. (Mi comentario anterior estaba destinado a otro blog, perdón).
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