Desde aquí propongo algunas reflexiones- acciones sobre lo que nos pasa y sobre lo que deseamos, lo que soñamos, lo que podemos hacer posible, nunca solos/as, nunca aisladas/os, con la inquietud de no conformarnos con lo dado.
Cuestionar y cuestionarnos, de eso se trata: agitar la superficie, abrir la puerta y atrevernos al encuentro de lo diverso, de otra palabra, de otro mundo.
Calar hondo, despacito, con la insistencia infatigable de unos pocos principios.
Ramiro, el chapista de la calle Genios
Hace 2 horas
¡Bravo, Daniela! Ya estoy esperando las próximas entradas.
ResponderEliminarElisa